La manipulación de herramientas manuales comunes como
martillos, destornilladores, alicates, tenazas y llaves diversas, constituye una
práctica habitual en talleres de mantenimiento, así como en laboratorios y aulas
de prácticas de centros docentes, como la Facultad de Bellas Artes, debido a que
muchas de las operaciones que se realizan en dichos locales sólo pueden
llevarse a cabo de forma manual.
Aunque a primera vista tales herramientas puedan parecer poco
peligrosas, cuando se usan de forma inadecuada llegan a provocar lesiones
(heridas y contusiones, principalmente) que de modo ocasional revisten cierta
gravedad, hasta el punto de que un 7% del total de accidentes que se producen
anualmente en España y un 4% de los calificados como graves, tienen su origen en
la manipulación de una herramienta manual. Si bien las causas que provocan estos
accidentes son muy diversas, pueden citarse como más significativas las
siguientes:
-
Calidad deficiente de las herramientas.
-
Uso inadecuado para el trabajo que se realiza con ellas.
-
Falta de experiencia en su manejo por parte del usuario.
-
Mantenimiento inadecuado, así como transporte y emplazamiento incorrectos.
De acuerdo con estas consideraciones, las recomendaciones
generales para el correcto uso de estas herramientas, con el fin de evitar los
accidentes que pueden originar, son las siguientes:
-
Conservación de las herramientas en buenas condiciones de uso.
-
Utilización de las herramientas adecuadas a cada tipo de trabajo que se vaya a realizar.
-
Entrenamiento apropiado de los usuarios en el manejo de estos elementos de trabajo.
-
Transporte adecuado y seguro, protegiendo los filos y puntas y manteniéndolas ordenadas, limpias y en buen estado, en el lugar destinado a tal fin.
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